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    El embarazo es una montaña rusa de emociones. Una etapa llena de cambios, ilusión, dudas e incertidumbre que llega sin manual de instrucciones. Nuestra misión es brindar apoyo y herramientas a las mujeres a lo largo del camino hacia la maternidad. Aquí encontrarás la respuesta a las incógnitas y las claves esenciales para cuidarte en el día a día.

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    Náuseas en el embarazo

    ¿Sabías que hasta un 85% de las mujeres experimentan náuseas o vómitos durante su embarazo?

    Las náuseas y vómitos son muy comunes en el embarazo, especialmente durante las primeras semanas y hasta el segundo trimestre, pero esto no quiere decir que deban marcar tu experiencia.

    Queremos dar visibilidad a estos síntomas y despertar conversaciones honestas sobre este lado no tan rosa del embarazo. Ignorar o normalizar las náuseas solo consigue que las mujeres las sufran como parte del proceso, cuando en realidad existen soluciones para llevar una buena gestación, libre de malestar. ¡Que las mariposas en el estómago sean por emoción y nada más!

    Repasamos las causas más habituales que provocan estos síntomas y por qué estos son tan comunes durante la gestación.

    Analizamos cuándo empiezan y cómo evolucionan habitualmente estos síntomas desde el comienzo del embarazo hasta la fecha de parto.

    Te explicamos cómo puedes aliviar, reducir y calmar estos síntomas con soluciones seguras para mejorar tu bienestar mientras esperas a tu bebé.

    Preguntas frecuentes sobre náuseas en el embarazo

    En el caso de que las náuseas aparezcan por primera vez después de las 9 primeras semanas de embarazo, se recomienda consultar a un profesional de la salud. Este síntoma podría responder a otras afecciones no relacionadas con el embarazo, que deben ser diagnosticadas y tratadas lo antes posible para evitar complicaciones graves en la salud de la madre y del bebe.

    Las náuseas y los vómitos son bastante frecuentes en el primer trimestre del embarazo, de hecho, afectan a entre el 50 y el 80% de las mujeres embarazadas, aunque su intensidad y su duración es muy variable.

    Por regla general, las náuseas suelen aparecer a partir de la tercera semana de embarazo y alcanzan su punto álgido alrededor de la novena semana. Afortunadamente, las náuseas suelen desparecer en la semana 16 de embarazo.

    ¿Cuándo empiezan a desaparecer las náuseas del embarazo?
     
    Las náuseas tienden a disminuir o desaparecer al comienzo del segundo trimestre del embarazo, aunque, algunas mujeres llegan a sufrirlas incluso hasta la semana 20. En casos aislados, las náuseas podrían persistir hasta el momento del parto.
     
    Aunque se trate de un síntoma frecuente en embarazadas y su intensidad sea leve, las náuseas durante el embarazo no deben subestimarse nunca. Es fundamental informar al médico desde la aparición de los primeros síntomas para evitar que evolucionen a una hiperémesis gravídica la forma grave de esta afección, que debe tratarse de forma inmediata.
     
    Tu ginecólogo o matrona podrá ayudarte con todos tus síntomas y, si notas que las náuseas se vuelven molestas y/o recurrentes, es muy importante comunicárselo Cuanto antes se tomen las medidas adecuadas, menos probabilidades habrá de que los síntomas se vuelvan crónicos o se terminen agravando.

    Las náuseas se manifiestan como una sensación de malestar digestivo que, en el embarazo, puede derivar en vómitos más o menos graves. A pesar de tratarse de un síntoma muy común, no hay una teoría unánime que explique qué causa estos síntomas. De hecho, se entiende que en la mayoría de los casos no tienen un origen único, sino multifactorial.

    ¿Por qué tengo náuseas y vómitos durante todo el día?

    Aunque se han realizado numerosas investigaciones al respecto, el fenómeno de las náuseas en el embarazo sigue siendo difícil de explicar.

    La mayoría de las teorías señalan como la principal causante de la aparición de las náuseas en el embarazo a la hormona gonadotrofina coriónica humana (hCG), pero también se asumen como factores de riesgo el aumento de la presencia de las hormonas tiroideas, de los estrógenos y la progesterona al comienzo del embarazo. Lo cierto es que la aparición y el pico de los síntomas parecen correlacionarse con el aumento de varias de estas hormonas, lo que, en parte, explicaría las náuseas constantes a lo largo del día durante el embarazo.

    Existen otros factores que también pueden influir en la aparición de esta sintomatología:

    • Niveles bajos de glucosa en sangre y aumento de la acidez gástrica por la mañana.
    • Sensación de estómago vacío.
    • Permanecer acostada durante mucho tiempo.
    • Los olores fuertes que a veces resultan desagradables.
    • El estrés acumulado a lo largo del día, especialmente si se mantiene la actividad laboral.
    • La fatiga relacionada con los cambios físicos y las actividades diarias.
    • La falta de comidas fraccionadas durante el día, lo que lleva a comer en exceso por la noche.
    • Comidas pesadas, picantes o demasiado grasas.
    • Demasiada presión en el estómago debido a la falta de descanso.

    Las náuseas que persisten durante el embarazo, pueden afectar significativamente a la calidad de vida de la futura madre. Si es tu caso, no dudes en comentar el problema con tu ginecólogo o matrona para que puedan valorar tu caso y recomendarte cambios en tu estilo de vida, o en caso necesario, un tratamiento adecuado para aliviar tus síntomas lo antes posible.

    Efectos secundarios de las náuseas del embarazo

    En general, las náuseas y los vómitos tienden a desaparecer cuando se acerca el final del primer trimestre. Sin embargo, antes de este momento, tu ginecólogo/a o matrona te habrá recomendado medidas para aliviarlas, porque si no se abordan, el embarazo puede seguir marcado por este malestar hasta el momento del parto o llegar a agravarse.

    La calidad de vida de la embarazada se puede ver afectada por diferentes situaciones que podrían estar relacionadas con náuseas y vómitos como:

    • Mala nutrición debido a la aversión a la comida.
    • Trastornos del sueño.
    • Malestar diario en la vida personal y profesional.
    • Estado de ánimo triste y sentimientos de frustración, impotencia e incluso depresión.
    • Problemas en las relaciones con el entorno personal.
    ¿Cuándo consultar con tu ginecólogo o matrona?

    El hecho de que las náuseas sean muy habituales en el embarazo no implica que haya que sufrirlas y aprender a vivir con ellas. Lo más recomendable es que te pongas en contacto con tu médico, matrona o enfermera especializada en cuanto empieces a sentir estos síntomas. La espera de un bebé es un momento único en la vida, y las náuseas constantes no deberían estropearlo.

    ¿Sabías que las náuseas y los vómitos afectan hasta el 80% de las mujeres embarazadas? En la mayoría de los casos, los síntomas aparecen aproximadamente en las primeras semanas de embarazo y disminuyen gradualmente hacia el final del primer trimestre. Sin embargo, estos desagradables episodios de náuseas y/o vómitos a veces pueden persistir hasta el final del embarazo, o aparecer en distintos momentos del día y, en algunos casos, pueden manifestarse de formas más severas. Analizamos de dónde vienen las náuseas matinales y nocturnas y cómo debemos reaccionar correctamente ante ellas.

    Comprender mejor el origen de las náuseas matinales y nocturnas

    Lo primero que hay que analizar es de dónde provienen las náuseas y los vómitos durante el embarazo. Aunque no está claro cuál es su origen, existen varias teorías que señalan como la principal causa a los cambios hormonales que se producen cuando una mujer está gestando.

    El aumento de los niveles de la beta-HCG (hormona coriónica gonadotrofina) podría explicar en parte la aparición de las náuseas y los vómitos en el embarazo. La beta-HCG es una hormona natural que empieza a segregar la placenta a partir del sexto día después de la concepción, y cuyos niveles van aumentando regularmente a lo largo del primer trimestre de embarazo. El incremento de los niveles de hormonas tiroideas, estrógenos y progesterona al comienzo del embarazo son otras posibles causas investigadas por los científicos para explicar este síntoma.

    Además, hay otros factores que contribuyen a la aparición de las náuseas y los vómitos en el embarazo a determinadas horas del día:

    Náuseas matutinas: Es muy habitual que las náuseas y los vómitos se presenten por la mañana nada más levantarse, sobre todo en las primeras semanas de gestación, fundamentalmente por estas causas:

    • Tener el estómago vacío a primera hora de la mañana.
    • Haber permanecido acostada durante mucho tiempo.
    • Algunos olores de alimentos o el café en el desayuno.

    Náuseas y vómitos por la tarde y por la noche: Junto con las náuseas matutinas, hay muchas mujeres que padecen este malestar especialmente a última hora de la tarde y por la noche. Seguramente por estos motivos:

    • La acumulación de fatiga después de todo el día.
    • El estrés diario (especialmente si hay actividad laboral).
    • Haber tenido el estómago vacío durante varias horas.
    Evitar el empeoramiento de las náuseas y los vómitos en el embarazo

    Para algunas mujeres las náuseas matinales y nocturnas suponen un verdadero problema que complica la vida diaria. Para estas gestantes, el día a día del embarazo se convierte en un gran desafío, sobre todo en los casos en que el entorno tiende a minimizar o quitar importancia a estos síntomas, porque se genera en la madre un sentimiento de culpabilidad.

    Es importante consultar con un especialista en cuanto aparezcan los primeros síntomas, ya que podrá realizar una evaluación personalizada y determinar la necesidad de un tratamiento apropiado para ti y tu bebé. Existen diferentes soluciones que te pueden ayudar a vivir una buena gestación, manteniendo a raya las náuseas y malestar.

    Algunas señales de alarma que debes tener en cuenta si padeces náuseas en el embarazo:

    • Experimentas cada vez más vómitos junto con las náuseas.
    • Has notado pérdida de peso.
    • Aparecen signos de deshidratación (sequedad en las membranas mucosas u orina oscura).
    • Tienes dificultades para alimentarte de forma normal.
    • Sufres mareos frecuentes.

    Consultar a un profesional de salud ante el menor síntoma y desde el comienzo de las náuseas, es fundamental para tratar y superar el malestar. Tu ginecólogo/a podrá recomendarte pautas de estilo de vida para afrontar los síntomas y, si es necesario, prescribir un medicamento adecuado.

    Tener náuseas y vómitos es un síntoma muy común en el embarazo, especialmente durante el primer trimestre de gestación. Dado que hasta el 80% de las mujeres embarazadas experimentan náuseas en algún momento, ¿deberíamos preocuparnos si estamos embarazadas y no tenemos estos síntomas? ¿Es la ausencia de náuseas en el embarazo algo anormal? Analizamos las posibles razones de un embarazo sin náuseas y/o vómitos.

    ¿Puede una mujer estar embarazada sin síntomas?

    Puede que el análisis de sangre y los exámenes ginecológicos iniciales confirmen que estás esperando un bebé y, sin embargo, no percibas ningún cambio. ¿Puede una mujer estar embarazada sin síntomas? Efectivamente, y es completamente normal.

    Es posible que te encuentres en una etapa demasiado temprana de tu embarazo para sentir cualquier síntoma (verifica en qué etapa de tu gestación te encuentras utilizando nuestra rueda de embarazo). Pero también es importante tener en cuenta que los síntomas del embarazo varían mucho de una mujer a otra y de un embarazo a otro. De hecho, hay mujeres que viven todos los síntomas del embarazo de forma muy leve y otras muchas que pasan las 40 semanas sin sufrir ninguna molestia. ¡Si es tu caso, disfrútalo! Eres una afortunada.

    Estos son los primeros síntomas más comunes del embarazo:

    • Ausencia de menstruación o, en otros casos, sangrado anormal o no programado.
    • Cambios en los senos con aumento de tamaño y pesadez.
    • Aumento de la fatiga.
    • Náuseas, especialmente por la mañana y por la noche.
    • Mayor necesidad de orinar.
    • Cambios en el apetito: aversiones, antojos, sensibilidad a olores, etc.
    • Sensación de piernas pesadas y calambres.

    Mientras no experimentes dolor abdominal o sangrado, un embarazo sin síntomas no debe preocuparte en absoluto porque es completamente normal. Pasado un tiempo, seguro que notarás que tu vientre y tu pecho empiezan a crecer, lo que es una señal clara de que estás embarazada, aunque no tengas náuseas.

    ¿Por qué algunas mujeres embarazadas no tienen náuseas ni vómitos?

    Un embarazo sin náuseas ni vómitos no tiene por qué implicar un problema de salud. Algunas mujeres son naturalmente más resistentes a estas molestias gástricas que otras. Entre los factores que pueden aumentar las posibilidades de experimentar mareos y/o vómitos, se incluyen:

    • Antecedentes de náuseas en embarazos anteriores.
    • Tendencia a sufrir migrañas.
    • Componente genético (si tu madre tuvo náuseas durante el embarazo).
    • Embarazo múltiple.

    Además, ten en cuenta que no hay estudios científicos que expliquen de manera concluyente por qué se producen estos síntomas del embarazo, ni por qué algunas mujeres reaccionan más intensamente que otras a los cambios

    También es importante recordar que algunas etapas del embarazo son más o menos propicias para experimentar ciertos síntomas. Por ejemplo, las náuseas en el embarazo generalmente persisten hasta el comienzo del segundo trimestre, con un ligero pico de aumento alrededor de la semana 9 . Si has superado este período sin experimentar ninguna molestia, es probable que tengas la suerte de vivir una gestación libre de náuseas ni vómitos.

    ¿Estás viviendo un embarazo sin síntomas? El hecho de estar embarazada sin náuseas ni vómitos no debe llevarte a descuidar la atención prenatal, como las visitas al ginecólogo/a o la toma de ciertos complementos aconsejados por tu especialista.

    No existe un consenso sobre cuál es la causa exacta que explica las náuseas en el embarazo. De hecho, se cree que, en la mayoría de los casos, estas se deben a diferentes factores, no uno en concreto. Diversas investigaciones al respecto consideran que la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) tiene un papel protagonista en la aparición de las náuseas y los vómitos en la gestación, así como otras hormonas como las tiroideas, los estrógenos y progesterona que aumentan considerablemente en las primeras semanas del embarazo. De hecho, se asocia el aumento de estas hormonas a los picos de náuseas que sufren las mujeres al principio del embarazo.

    Otros factores que pueden influir en la aparición de náuseas en el embarazo son:

    • Niveles de glucosa bajos y mayor acidez por la mañana, después de toda la noche en ayuno.
    • Sensación de estómago vacío.
    • Olores fuertes.
    • Platos pesados, demasiado grasos o picantes.
    • Estrés y ansiedad.
    • Fatiga o falta de descanso.
    • Antecedentes familiares o predisposición genética.
    Tengo náuseas, ¿estoy embarazada?

    Aunque algunas embarazadas se libran de esta sintomatología, muchas mujeres empiezan a sufrir náuseas, vómitos y mareos incluso antes de confirmar su embarazo. Pero ¿cómo son las náuseas durante el embarazo? Estas son algunas de las características más comunes:

    • Comienzan a manifestarse durante el primer trimestre de embarazo.
    • Suelen durar varios días, e incluso semanas.
    • A menudo van acompañadas de una digestión difícil y a veces de vómitos.
    • No causan dolor abdominal ni fiebre.
    • A menudo son desencadenadas por aversión a olores o sabores.
    • Suelen ser más intensas por la mañana y por la noche.
    Náuseas y vómitos durante el embarazo: ¿buena señal o alerta roja?

    Si se trata de un síntoma tan habitual del embarazo, ¿se puede considerar las náuseas una buena señal o, por el contrario, una amenaza de peligro para la salud de la madre y del bebé?

    Aunque las náuseas durante la gestación suelen percibirse como una buena señal, ya que reflejan los cambios fisiológicos y naturales en tu cuerpo, esta sintomatología en sí no indica de manera fiable si el embarazo está transcurriendo debidamente o si existe algún problema gestacional.

    Cada embarazo es diferente, algunas mujeres no experimentan ningún síntoma en los primeros meses y es perfectamente posible vivir una buena gestación sin ningún síntoma destacable. La única manera de asegurarse de que el bebé está desarrollándose bien y no hay ningún inconveniente de salud, es llevando un control continuo con el ginecólogo o la matrona.

    Cuando las náuseas son intensas, suelen llegar a afectar a la alimentación y la digestión de la madre. Además, cuando van acompañadas de vómitos frecuentes, aumentan el riesgo de sufrir complicaciones.

    Los vómitos repetidos y no tratados en una mujer embarazada podrían llevar a:

    • Malnutrición.
    • Trastornos del sueño que generan mucha fatiga.
    • Deshidratación.
    • Impacto significativo en la vida personal y profesional.
    • Cambios en el estado de ánimo.
    • Estrés aumentado.
    • Problemas bucodentales.
    Por qué puede ser peligroso normalizar las náuseas y vómitos durante el embarazo

    Con o sin vómitos, nunca debes normalizar las náuseas durante el embarazo. Presta atención a cómo impactan tu día a día, y no dudes en comentarlo con tu especialista de la salud para que pueda aconsejarte.

    Debido a que las náuseas y los vómitos son síntomas muy comunes del embarazo, muchas veces se asume que toda futura madre debe resignarse a vivir con ellos. Sin embargo, tu embarazo no tiene que estar marcado por este malestar porque, además, sin un control adecuado en algunos casos las náuseas podrían evolucionar hacia su forma más grave: la hiperémesis gravídica.

    Cuando las náuseas iniciales dan paso a vómitos muy intensos y frecuentes que ponen en peligro la salud de la madre y el bebé, es posible que se esté desarrollando una hiperémesis gravídica. Esta situación se puede evitar con un tratamiento adecuado, bajo el control ginecológico.

    Aunque las náuseas y los vómitos son característicos del embarazo, minimizar su impacto puede tener consecuencias negativas en ciertos casos. Es importante evitar ver estos síntomas como una buena señal, ya que pueden afectar a tu vida diaria y a tu salud. Ten en cuenta que existen diferentes soluciones para aliviarlos y procurar que dichos casos no evolucionen hacia algo más grave.

    Durante el primer trimestre del embarazo, las náuseas y los vómitos son muy comunes, por eso resulta inevitable que se tienda a normalizar estos síntomas. Sin embargo, si no se tratan de forma oportuna de la mano de tu ginecólogo/a o matrona, en algunos casos podrían evolucionar hacia una enfermedad grave con riesgos para tu salud y la del bebé.

    Las náuseas responden a una sensación de malestar digestivo que puede llegar a durar todo el día, especialmente durante las primeras semanas de gestación. A veces, estas pueden ser tan intensas que terminan provocando mareos y vómitos difíciles de controlar.

    Cuando una mujer embarazada vomita de forma continuada todo lo que come a diario, corre el riesgo de sufrir estos inconvenientes:

    • Pérdida de peso progresiva o repentina.
    • Riesgo de deshidratación y/o desnutrición.
    • Trastornos del sueño y descanso insuficiente.
    • Lesiones en el tracto digestivo, como mucosa esofágica.
    • Irritación de la tráquea.
    • Infecciones pulmonares.

    Los vómitos persistentes pueden afectar tu salud y, en casos extremos, podrías llegar a vomitar sangre o bilis. Repasamos diferentes manifestaciones de las náuseas y los vómitos para que puedas reaccionar de la mejor manera ante sus síntomas.

    ¿Es peligroso vomitar sangre durante el embarazo?

    Si estás embarazada y vomitas sangre, es probable que esté padeciendo algún tipo de lesión del tracto digestivo, o un problema con la mucosa esofágica. Esto ocurre sobre todo si has experimentado vómitos persistentes.

    Pero vomitar sangre durante la gestación también podría estar relacionado con otras causas más allá del propio embarazo. Para determinar qué patología está detrás de este síntoma, es importante acudir a un médico especialista que pueda descartar las diferentes posibilidades, realizar un diagnóstico personalizado y, si es necesario, prescribir un tratamiento adecuado a tus necesidades.

    ¿Es peligroso vomitar bilis durante el embarazo?

    Algunas mujeres llegan a vomitar bilis durante el embarazo. La bilis es un líquido gástrico de color amarillo o verdoso que resulta fundamental para la digestión del organismo, se produce en el hígado y se almacena en la vesícula biliar.

    ¿Por qué se producen vómitos de bilis en el embarazo?:

    • Has expulsado todo el contenido de tu estómago
    • Estás experimentando náuseas y vómitos constantes que están afectando tu embarazo
    • No puedes alimentarte adecuadamente y vomitas incluso cuando estás ayunas

    Como consecuencia de esto, puedes tener irritación en la garganta, el esófago e incluso los pulmones debido a la acidez de la bilis. Todo esto implica que existe un mayor riesgo de desnutrición o deshidratación.

    ¿Cuándo debes preocuparte por tus náuseas y vómitos durante el embarazo?

    Estos son síntomas comunes en el embarazo, pero no por eso deben normalizarse. Vomitar sangre o bilis (vómito amarillo) con regularidad puede tener graves consecuencias para tu salud.

    ¿Qué es la hiperémesis gravídica (hyperemesis gravidarum)?

    Las náuseas y los vómitos leves o moderados no suelen tener consecuencias graves ni para la madre ni para el bebé. Sin embargo, en los casos más severos, como en la hiperémesis gravídica, los vómitos persistentes podrían llegar a suponer un mayor riesgo de bajo peso al nacer y de parto prematuro.

    La hiperémesis gravídica es la forma más grave de las náuseas y los vómitos del embarazo. Tal y como indica el Ministerio de Sanidad de España, se diagnostican como hiperémesis gravídica cuando las náuseas o vómitos se vuelven muy intensos y persistentes, y además se asocian con pérdida de peso, con alteraciones del equilibrio electrolítico y deshidratación.

    La hiperémesis gravídica afecta a entre el 0.3% y el 2% de los embarazos y su aparición es más frecuente entre las semanas 6 y 12. Esta enfermedad no debe banalizarse y tratarse convenientemente porque, en casos extremos, puede llevar a la necesidad de hospitalización por riesgo de desnutrición crítica.

    El diagnóstico de la hiperémesis gravídica se basa principalmente en una evaluación clínica inicial para descartar otras enfermedades que puedan explicar los síntomas severos.

    Señales de alerta ante la hiperémesis gravídica

    Es más que habitual que las mujeres embarazadas padezcan náuseas y vómitos desde el primer trimestre de gestación. A pesar de tratarse de un síntoma normal del embarazo, es conveniente informar al médico de la aparición de las náuseas y los vómitos para evitar que se agraven.

    El primer paso para mantener las náuseas a raya en el embarazo es modificar y ajustar la dieta y hacer algunos cambios sencillos en el estilo de vida. En muchos casos, el ginecólogo o la matrona pueden también considerar necesario recurrir a algún tratamiento médico para aliviar las náuseas y los vómitos desde los primeros síntomas y prevenir que la afección vaya a más. Solo un profesional de la salud debería recetar o proporcionar el medicamento adecuado. Si este es tu caso y los síntomas persisten o empeoran, no dudes en volver a consultar con tu especialista.

    Si experimentas alguna de estas situaciones, debes ponerte en contacto con tu médico lo antes posible:

    • Los vómitos afectan a tu actividad diaria
    • Los cambios en hábitos y dieta, y los tratamientos inicialmente recomendados por tu ginecólogo o matrona no están siendo efectivos
    • Estás perdiendo peso sin causa aparente
    • Tienes signos de deshidratación (mucosas secas u orina oscura)
    • Los vómitos son severos y persistentes y te impiden comer
    • Los vómitos continúan después de la décima semana de embarazo
    • Fiebre y dolores abdominales
    • Los vómitos contienen rastros de sangre o bilis

    Es importante tener en cuenta que existen algunos factores asociados con la aparición de hiperémesis gravídica:

    • Genética: Si tu madre experimentó vómitos severos durante su embarazo, existe una mayor probabilidad de que tú también los padezcas.
    • Cambios hormonales: Muchos de los trastornos digestivos que ocurren durante la gestación se atribuyen a la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) y a los niveles de estrógenos y progesterona, que aumentan significativamente al comienzo del embarazo.
    • Otros factores de riesgo son: Helicobacter pylori (una infección gástrica), un embarazo múltiple y el volumen placentario, la edad joven o avanzada de la madre, antecedentes de migraña, entre otros.

    En resumen, es importante destacar que la detección temprana y el tratamiento de las náuseas y vómitos del embarazo pueden prevenir formas más graves de esta afección, como la hiperémesis gravídica. Para evitar complicaciones y una posible hospitalización, te recomendamos consultar a un profesional de la salud tan pronto como aparezcan los primeros síntomas.

    Algunas mujeres experimentan náuseas o vómitos al final de embarazo, incluso aunque se hayan librado de este síntoma durante toda la gestación. Existe la falsa creencia de que las náuseas y los vómitos pueden ser indicadores de que el parto está cerca, sin embargo, no es habitual que esto ocurra.

    Los vómitos y las náuseas en las últimas etapas de la gestación pueden deberse a varias razones:

    • Digestión lenta: A medida que se aproxima la fecha de parto, el estómago tiende a una digestión más lenta. Esto puede causar una sensación de indigestión y náuseas antes de dar a luz, lo que a su vez puede disminuir el apetito. La sensación de tener el estómago vacío y la disminución de la presión arterial, pueden contribuir a estos mareos.
    • Factores emocionales: El estado emocional de la madre puede tener un gran impacto en el proceso digestivo. El estrés, la emoción o la ansiedad antes del parto son tan intensos que podrían provocar náuseas y vómitos. Estos reflejos naturales también pueden agravarse debido al dolor de las contracciones.

    Si experimentas anomalías asociadas con estos síntomas, como dolor abdominal o lumbar localizado, vértigo, fiebre, malestar general, o pérdidas significativas de líquidos digestivos o sangre durante el tercer trimestre del embarazo, debes consultar a tu ginecólogo de forma inmediata.

    Otras señales de que se acerca el momento del parto

    Las náuseas y los vómitos no son síntoma de que el parto será inminente. Existen otros cambios físicos que suelen ser mejores indicadores de que se acerca el nacimiento del bebé, por ejemplo:

    • Descenso del bebé: A medida que el bebé desciende hacia la pelvis en preparación para el parto, puede que sientas un alivio en la presión que ejerce el útero sobre el diafragma. Esto puede hacer que la respiración sea más fácil y que el abdomen esté visiblemente más bajo.
    • Calambres o molestias en las piernas: Esto puede deberse al peso del bebé presionando sobre los nervios de la zona pélvica.
    • Pérdida del tapón mucoso: El tapón mucoso es una sustancia gelatinosa que bloquea la entrada al útero durante el embarazo. La pérdida o goteo del tapón mucoso puede indicar que el cuello uterino se está preparando para el parto, aunque debes saber que algunas mujeres lo expulsan horas antes del parto, mientras que otras pueden hacerlo varios días antes. El tapón mucoso suele ser de color amarillo o blanquesino y puede tener restos de sangre rosada o marrón. Si experimentas un sangrado significativo, debes consultar a tu ginecólogo o matrona inmediatamente.
    • Comienzo de contracciones regulares y fuertes: Las contracciones regulares y cada vez más intensas suelen ser un indicador claro de que el trabajo del parto ha comenzado. Las contracciones de Braxton-Hicks, a menudo llamadas «falsas contracciones», son irregulares y desaparecen con el reposo. Las verdaderas contracciones de parto son regulares, se vuelven más intensas con el tiempo y están relacionadas con la dilatación del cuello uterino.

    Aunque es posible experimentar náuseas y vómitos antes del parto o durante el tercer trimestre, hay otros signos físicos más comunes que indican que el parto está cerca. Si estos síntomas van acompañados de dolor abdominal, dolor de cabeza o fiebre, es importante buscar atención médica de inmediato. 

    Las náuseas sin vómitos durante el embarazo afectan, de forma más o menos intensa, a la mayoría de las mujeres embarazadas. Por lo general, ocurren en el primer trimestre, pero en raras ocasiones pueden persistir hasta el momento del parto. Analizamos algunas claves para entender este fenómeno.

    ¿Puedes tener náuseas en el embarazo sin vomitar?

    Numerosos estudios científicos han investigado el origen de las náuseas en el embarazo y la mayoría concluyen que, a pesar de que no hay una causa única, las hormonas juegan un papel protagonista en esta afección. El aumento de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), que es crucial para el desarrollo adecuado del embarazo desde las primeras semanas, parece coincidir con la aparición de las náuseas.

    Asimismo, otras fluctuaciones hormonales también han sido consideradas en las investigaciones, como el aumento de los estrógenos y la progesterona. Estos cambios alteran la digestión y pueden causar una sensación de malestar.

    Las náuseas del embarazo afectan a cada mujer de manera diferente y pueden ir acompañadas de vómitos o presentarse de forma aislada. Las náuseas sin vómitos en mujeres embarazadas ya sean esporádicas o crónicas, pueden persistir si no se tratan adecuadamente y de forma temprana.

    Cómo aliviar las náuseas sin vómitos en el embarazo

    Las náuseas en el embarazo resultan molestas incluso aunque su intensidad sea leve y no vengan acompañadas de vómitos o mareos. Por suerte, adoptar medidas sencillas en términos de higiene y dieta desde los primeros síntomas puede proporcionar un alivio temporal.

    Consejos para aliviar las náuseas sin vómitos en el embarazo:

    • Asegúrate de descansar regularmente y tómate una pausa al sentir fatiga.
    • Realiza actividades tranquilas y relajantes.
    • Consume alimentos en porciones pequeñas a lo largo del día.
    • Evita comidas excesivamente indigestas o abundantes.
    • Mantente hidratada, bebe agua de manera regular a pequeños sorbos.
    • Aléjate de los olores fuertes, como los de los alimentos cocidos.
    • Evita dormir completamente tumbada después de comer.
    • Intenta salir al aire libre y respirar profundamente durante las fases de náuseas.
    • Incorpora el jengibre a tus recetas y bebidas favoritas en diferentes formatos (en polvo, tabletas, cápsulas o jarabe).

    La ausencia de vómitos no impide repercusiones psicológicas, laborales y sociales que pueden surgir igualmente gracias a la aversión a olores y alimentos, o náuseas asociadas al embarazo. A pesar de que las náuseas sin vómitos son más leves, no deben considerarse un síntoma insignificante y es fundamental que tu médico esté al corriente de todos tus síntomas durante el embarazo. Si lo considera necesario, podrá recomendarte un tratamiento adecuado a tus necesidades.

    Las náuseas y los vómitos son un fenómeno común que afecta hasta el 85% de las mujeres embarazadas. Aunque lo habitual es que los síntomas remitan hacia el final del primer trimestre, hay mujeres que experimentan náuseas y vómitos durante todo su embarazo.

    ¿Por qué vomitar durante el embarazo puede ser peligroso?

    El vómito es un reflejo, una respuesta muscular involuntaria y rápida a un estímulo. Por lo general, esta respuesta se asocia a una enfermedad, como la gastroenteritis o la ingestión de una toxina. Sin embargo, en el caso de las mujeres embarazadas, las náuseas y los vómitos pueden ser el resultado de múltiples factores, ya que las causas específicas que provocan este síntoma no han sido completamente definidas por estudios científicos.

    Los vómitos incoercibles son una de las principales causas de hospitalización en las primeras etapas de embarazo. Y es que vomitar durante el embarazo puede provocar un doble impacto:

    • Impacto fisiológico: Según la gravedad de los síntomas puede existir riesgo de desnutrición con pérdida de peso, deshidratación, trastornos del sueño, irritación de la garganta, infecciones pulmonares, daño al tracto digestivo, etc.
    • Impacto psicológico: Tristeza, depresión, aislamiento, estrés, sentimiento de culpa, etc.

    El hecho de vomitar en el embarazo no tiene por qué ser peligroso, pero si los síntomas se vuelven recurrentes y no se sigue el tratamiento adecuado, podría darse un empeoramiento del estado general que, en algunos casos, requeriría hospitalización. La forma más grave de esta afección se llama hiperémesis gravídica.

    Además, algunos estudios han demostrado que los vómitos incontrolables durante el embarazo se asocian con un mayor riesgo de bajo peso al nacer en el bebé, así como un incremento de las posibilidades de parto prematuro. En casos graves, un tratamiento efectivo para detener estos síntomas puede resultar esencial para la salud de la madre y del bebé.

    Vómitos en el embarazo: ¿cuándo preocuparse y consultar?

    Las náuseas y los vómitos suelen comenzar en las primeras semanas del embarazo y generalmente persisten hasta el final del primer trimestre, con un pico alto alrededor de las 9 semanas de gestación.

    Incluso en el caso de que los vómitos sean esporádicos y te permitan alimentarte e hidratarte adecuadamente, si experimentas estos síntomas en cualquier momento de tu embarazo, no dudes en compartirlo con tu ginecólogo o matrona. El inicio temprano de un tratamiento adecuado puede ayudar a prevenir problemas mucho más graves.

    Por supuesto, si experimentas dolor, fiebre, mareos, o tienes dificultades para comer o beber normalmente, es necesario buscar atención médica lo antes posible.

    El principal peligro de vomitar durante el embarazo es subestimar los riesgos y permitir que la situación empeore. Aunque estas molestias suelen ser temporales y leves, tu ginecólogo o matrona podrá ayudarte a solucionar el problema y procurarte un embarazo seguro.